sábado, 4 de octubre de 2014

La sabiduría de Bugs Bunny

¿Les suena Carla?

Carla se suicidó porque la acosaban. 

¿Leyeron lo que sobre Carla escribió Roy Galán? Háganlo aquí.

Recuerdo a Jokin, también se suicidó, el día de mi cumpleaños. Por lo mismo. Y los padres de esos niños que le llevaron con su conducta a la determinación de  acabar con su vida fueron condenados. Lo que no sé si eso les hizo mejores personas, si los padres se replantearon la manera en la que los habían educado, en los valores que les habían transmitido.

Pocas veces los niños son, muchas veces los niños se comportan como.

Como nosotros les enseñamos: a dirigirse a los demás, a sentir empatía, a ser autocríticos y como consecuencia a reconocer los errores, a disculparse, a rectificar. Pero también les podemos enseñar a sentir desprecio, arrogancia. Les podemos enseñar que siempre la culpa es del otro y que el otro, ese otro -Jokin, Carla- se merece el empellón, el bofetón, la zancadilla, la calumnia. Simplemente porque nos cae mal, porque no entendemos su mundo interior. Muchas veces porque excede nuestras capacidades. 

Dice Marina que para educar hace falta una tribu. Todos somos responsables en círculos concéntricos, de dentro hacia afuera. Así, si nuestro hijo se convierte en un acosador, la primera responsabilidad es la nuestra, como padres. Dejemos la televisión y los videojuegos a un lado, están en el siguiente círculo. 

Es jodido ser padre, pero lo es más ser Jokin o Carla y salir con miedo al mundo cada día. En mi caso con bastante asco, era cara de asco la que yo tenía. Así me lo dicen los que me quieren y me conocieron cuando nadie veía nada y nadie -salvo los que me querían- se daba cuenta de nada.

Hace unos días los Looney Tunes -fuente de infinita sabiduría - me dejaron una frase genial que Bugs Bunny le decía al Pato Lucas (prototipo del psicópata doméstico):

"Ese comportamiento enérgico se debe a una mala gestión de tus inseguridades"

Padres de futuros #PatosLucas, léanla tres veces y piensen si es buena idea que el niño sea tan sumamente enérgico y piensen también por qué sólo lo es con cierto tipo de niños. Duele pero va en el paquete de padre. Y eso no lo puede hacer nadie por ustedes. Se siente.


4 comentarios:

  1. No se me ocurre mas, que darte las gracias.
    Saludos.

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  2. Sí, señora. La responsabilidad a quien le toca.

    Aún recuerdo cosas que pasé de adolescente. Afortunadamente fui fuerte, pero a costa de mi salud mental. A mis casi 52 años soy depresiva, aunque en vías de curación, gracias a una psicoterapia que dura ya más de 3 años y una medicación ya en dosis mínimas pero que todavía necesito.

    Mi madre no sabe, ni ha sabido nunca, la diferencia entre 'estar depre' y sufrir depresión nerviosa. Mi padre murió sin acabar de aceptar que tuvo una hija en lugar de un hijo. No es cuestión de leerles la cartilla ahora, uno muerto y la otra con 88 años, pero he podido quitarme la vida muchas veces, y mucho antes de saber yo misma que se equivocaron al asignarme un género coincidente con mis genitales.

    Todos sabemos que ser diferente es terrible, y que ser agresivo y excluyente con los diferentes es inaceptable. Sin embargo, ¿cuántos padres y madres enseñan a sus hijos a ser empáticos con la diferencia? ¿Cuántos entienden que nadie es perfecto, ni siquiera sus hijos, y que deben asumir como propio el dolor de otros padres que sí lo han entendido? ¿Cuántos padres son conscientes de que sus hijos son futuros miembros de la sociedad, iguales en derechos y obligaciones, y no objeto de ostentación y orgullo personales?

    Mi padre murió sin ser consciente de tal cosa. Se avergonzó de mí; no permitía que pronunciaran mi nombre en su presencia. Eso sí, nunca me negó su apoyo material o el acceso a su casa. El lo formal, cumplió, es justo decirlo. En lo emocional, fracasó estrepitosamente.

    A mis 51 años, ser mujer transexual y lesbiana, y estar viva, felizmente emparejada y encima tener trabajo en lo que le gusta es un jodido milagro. A la vista de los casos de Carla y Jokin, habría que reunir a todos los padres de alumnos de España y decirles que no se jueguen sus hijos a la ruleta rusa, pero sobre todo que no les carguen el revólver, por favor.

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    1. Me emociona tu historia y solamente puedo agradecerte la valentía de compartirla, y desearte toda la felicidad con tu pareja. Eres de esa generación que ha tenido que abrir muchos caminos. Salud y suerte, Olga ;-)

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