jueves, 24 de noviembre de 2016

Frío

Hoy hace más frío. En  el levante feliz el frío es relativo, como casi todo. Las adhesiones, las lealtades, las penas y las alegrías. Esta es la tierra del matiz, donde la luz del sol tiene cien tonalidades diferentes, como el amanecer, como el atardecer. Gamas de personas, de ideas, colores calientes y fríos. 
Hoy hace más frío. Y hay quien lo sentirá más: la gente sin luz, los alumnos de las prefabricadas, los usuarios de esos centros de salud que se construyeron para un rato, pero que mira, ahí están aguantando mecha, como el respetable.
Cuando hace frío de verdad, se nota el peso de las mantas. Las mantas son cosa del pasado, como los pobres de pedir. Porque ya no hay salarios bajos, ni salarios de miseria, hay un sinvivir y hacer montoncillos, y priorizar las prisas y las urgencias. Y rezar para que nadie se ponga enfermo, porque en dos palabras te lo explican: no entra. Y punto pelota, que dicen los castizos. 
Este frío cortante, de lotería y turrón, de fieltro rojo y verde, de purpurina, fuck friday (existe) y miles de videos de gatos amenaza ser especialmente heavy en aceras y cajeros, en pisos que se caen a trozos y en la casa donde ya no entra ni sale nada. Ese pararse el tiempo es la pobreza (moral, energética, social) que llena de purpurina estas fechas, donde vestimos el low cost que se fabrica en las tierras del monzón, arrancándonos un suspiro "¿te acuerdas cuando trabajábamos como los chinos?"
Estoy tejiendo un gorrito de rayas, para rematarlo con un pompón, como si la vida fuera a ratos amable. Tejer me induce la amnesia, me anestesia, me relaja. Me lleva de telefilme en telefilme hasta el hundimiento final que me llega en forma de factura. Cómo aprietan las eléctricas, cómo pago y me callo con sensación de mucho agradecimiento. El frío huele a leña en las calles, a cordero los domingos, a pastillas inflamables en los patios de luz. El frío es un brasero, una vela, cuatro mantas, precinto en las rendijas, sopa de sobre y olvido. Esto no es milagro ni maldición, esto no es lo inevitable. Esto es el olvido de muchos, las ideas menguantes, los tentáculos del que maneja. Este frío nos deja quietos y sonriendo, como si estuviésemos alegres, cuando estamos, como poco, congelados.

2 comentarios:

  1. No entiendo que 'Black Friday', sea Viernes Negro,y que desate una impulsiva compra rayando en la locura, cuando todos los días son negros, pero muy negros, llenos de penurias y necesidades para mas de 3 millones de personas en este país llamado España, que los que continúan gobernando dicen que ¿España va bien?

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    1. Hay dos mundos que no se tocan. Uno se alimenta del otro, el consumismo llevado al máximo, supongo...
      Abrazos.

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